lunes, 11 de noviembre de 2013

Los elefantes nunca olvidan cuando masacran a su familia

Se dice que los elefantes nunca olvidan: nunca olvidan una cara amable, o una lesión, o el olor de un maltratador. Además, según una nueva investigación, los elefantes nunca olvidan  las matanzas llevadas a cabo en nombre de la conservación de la especie. El sacrificio de una manada de elefantes, que a menudo se dirige a los elefantes más viejos primero, deja algunos sobrevivientes angustiados, y crea una manada joven que no obedece a las normas sociales de los elefantes. Según la revista Science:
Los elefantes africanos que han vivido el trauma de un sacrificio o matanza selectiva de sus familiares, pueden parecer bastante normales al observador casual, pero socialmente están afectados. Esa es la conclusión de un nuevo estudio, que muestra que las actividades humanas pueden afectar al comportamiento social de los mamíferos de gran cerebro que viven en sociedades complejas durante décadas.
Los conservacionistas utilizan la muerte selectiva de grupos de elefantes para mantener su población. Pero, al dirigirse a los miembros más viejos del grupo, también estaban aniquilando la memoria social de la manada. Esto afecta a los sobrevivientes, según Science: "Los científicos han sabido desde finales de 1990 que muchos de estos elefantes sobrevivientes estuvieron psicológicamente afectados por sus experiencias durante el sacrificio. Otros estudios han descrito estos efectos como algo similar al trastorno por estrés postraumático ".
Gran parte de la memoria de un grupo de elefantes está ligada a la de la hembra líder en el matriarcado. Con su eliminación, dice la nueva investigación, los elefantes no saben cómo hacer frente a sucesos inesperados, como la súbita aparición de un extraño elefante hembra dominante. Según Science:
Debido a que los elefantes crecieron sin el conocimiento social de sus familias de origen, probablemente nunca respondan adecuadamente a las amenazas sociales. Incluso pueden transmitir sus conductas inapropiadas a la siguiente generación.
Más que erosionar el comportamiento, esta pérdida de la memoria social podría hacer que los elefantes que han pasado por el trauma del sacrificio, tengan menos probabilidades de sobrevivir y reproducirse que los elefantes que no perdieron a sus familias.
Moraleja: Tenemos que cuidar a nuestros mayores, sin ellos perderíamos la memoria social colectiva. Pensiones mas dignas... ¡ YA!