viernes, 5 de junio de 2015

EL MONO DISIDENTE
Hace días que no escribo en este blog. Hoy voy a describir un interesante experimento psicológico realizado por el psicólogo norteamericano Harry Harlow, sobre el proceso de adquisición de la cultura.
En el ensayo, cinco macacos encerados en una jaula. En el centro una escalera y encima de ella manojos de plátanos. En el techo, una sospechosa manguera. Cuando el primero de los monos subió por la escalera a por el botín, una ducha helada cayo por encima de todos los macacos. Como esto ocurría cada vez que alguno pretendía subir por la escalera, los monos decidieron golpear al atrevido, que por hacerse con un plátano provocaba el castigo colectivo. En el experimento, uno de los macacos abandonaba la jaula y era sustituido por otro ajeno a la historia. El recién llegado al ver los plátanos, se lanzaba escaleras arriba a por tan suculento manjar. Antes de que llegara a alcanzar el premio veía como sus cuatro compañeros de jaula le propinaban una paliza. El recién llegado no llegaba a entender que ocurría, solo conocía el mensaje: no subas a por los plátanos escaleras arriba,  vas a recibir una paliza.
Un segundo macaco era entonces sustituido, y como es normal el nuevo se lanzaba raudo escaleras arriba a por los suculentos plátanos. Pero para sorpresa de los investigadores, el mono que no había recibido a ducha de agua fría pero sí los golpes se unía a la tunda que daban al nuevo invitado. Así hasta completar la total sustitución de los macacos. Al final ninguno de los habitantes de la jaula había recibido nunca la ducha de agua helada, pero todos participaban del vapuleo que recibía cada mono recién integrado. Es probable que el ultimo macaco golpeado mirara a sus cuatro compañeros preguntándoles  por qué le estaban golpeando. Los monos se mirarían entre si sin tener una respuesta -nunca habían recibido la ducha de agua fría -, pero algunos sabían sin fisuras: 
"esto es lo que hay, así son las cosas aquí desde siempre, no pretendas venir con nuevas reglas". Cuatro macacos, no sabían porque, golpeaban al ignorante que se incorporaba al grupo y pretendía hacer lo mas lógico: coger los plátanos. Solo quien, llegado el caso, ignorara este aprendizaje lograría la libertad para el grupo y ademas, el alimento.
¿Cuantos aspectos de nuestra vida son normas aprendidas sobre las que no nos preguntamos?, aún más, normas aprendidas capaces de frenar nuestra inquietud por lo novedoso, lo diferente, lo extraordinario, lo no escrito. 
Siempre percibimos la realidad encuadrada.